Las calles están prácticamente vacías y, por las carreteras, apenas circulan coches. Los españoles estamos cumpliendo a rajatabla el confinamiento para evitar la propagación del coronavirus, pero cuando nuestra nevera empieza a vaciarse tenemos que acudir, inevitablemente, al supermercado.
El Gobierno ha insistido en que no es necesario acumular de forma exagerada alimentos porque el abastecimiento de los supermercados está garantizado. La crisis del coronavirus ha cambiado nuestros hábitos, incluso, nuestra forma de consumir. Ahora es más importante que nunca ser paciente, solidario y, sobre todo, responsable con nuestras compras. ¿Te gustaría saber cómo? ¡Sigue leyendo!
- Minimiza las salidas. Cuando menos tiempo pasemos fuera de casa, menos expuestos estaremos al virus. Sal solo para lo necesario: hacer la compra y pasear a tu mascota.
- Antes de ir al supermercado, haz una lista de la compra. Lo mejor es que pienses y programes las próximas comidas y cenas, así que haz una lista con los productos que vas a usar y ve directamente a por ellos, no te entretengas. Recuerda añadir a tu lista alimentos no perecederos y no te olvides de los productos de limpieza y desinfección: jabón para las manos, lejía…
- Compra solo lo necesario e imprescindible. Parece una obviedad, pero todos hemos visto al principio de la cuarentena imágenes de personas comprando sin control. Compra de forma responsable, pensando siempre en los demás.
- Mantén una distancia prudente con otras personas. A pesar de que los supermercados han reducido bastante el aforo de sus establecimientos, muchas personas se acumulan en los puestos de fruta, verdura y charcutería. Recuerda mantener siempre una distancia de 1 o 2 metros con otras personas, así evitarás las aglomeraciones y, por supuesto, los contagios.
- Si puedes, opta por el comercio de barrio. Esta situación puede ser una buena oportunidad para apoyar a los pequeños comercios de nuestro barrio y ayudarles a superar esta crisis.
¡Y, lo más importante! Mientras estés fuera de tu casa, evitar tocarte los ojos, la boca o la nariz y cuando llegues a tu casa, lávate bien manos. ¡Actúa siempre con empatía y respeto hacia los demás! Pronto, todo esto acabará.
¡Mucho ánimo!