Desde que se inventaron, allá por el año 1873, los vaqueros se han convertido en una prenda básica en el armario de hombres y mujeres, niños y mayores. Lamentablemente, esta prenda pierde su color fácilmente debido al desgaste que se produce con sus continuos lavados.
Para minimizar el daño, lo más adecuado es lavar los pantalones en la lavadora y no a mano, utilizando el ciclo delicado con agua fría y detergente para ropa delicada. Además, lo mejor es que los laves del revés y con prendas de colores similares. A la hora de secarlos tienes que colgarlos rectos y sin doblar en una percha.
*Un pequeño truco: para que los vaqueros no destiñan lo mejor es dejarlos en remojo durante una noche en agua salada o vinagre antes del primer lavado para que conserven mejor su color original lavado tras lavado.