Los polvos de talco son uno de esos productos que todos tenemos en casa y relacionamos con los bebés porque es lo que se les suele echar en el culito para que no se les irrite y además les huela bien, pero lo cierto es que los polvos de talco sirven para unas cuantas cosas más.
- Refrescarnos en verano: los polvos de talco son una buena idea cuando hace mucho calor porque aplicándolos sobre nuestras sábanas las refrescan. Espolvorea un poco de talco en ellas y además de frescor conseguirás un aroma suave que te ayudará a dormir mejor.
- Desenredar collares: no sueles ponerte mucha bisutería pero el día que decides que ese collar queda genial con tu vestimenta está todo lleno de nudos y finalmente desechas la idea. El talco es la solución, esparce un poco sobre cada uno de los nudos y lograrás deshacerlos fácilmente.
- Barrera contra las hormigas: después de muchos días lluviosos un domingo sale el sol por fin y decides ir a hacer un pequeño picnic, pero temes que las hormigas te invadan. De nuevo el talco es la solución, rodea la zona con polvos de talco y las hormigas se mantendrán alejadas de tus tuppers.
- Limpiar a tu mascota: tu pobre perro necesita un baño desde hace días pero no has conseguido sacar un rato para bañarlo, puedes retrasarlo un poquito más poniendo talco en su pelo y cepillándolo.
- No más olores provenientes de la caja del gato: sí, tu gato es muy limpio y siempre hace sus necesidades en su caja pero inevitablemente la caja huele fatal. La solución es sencilla, espolvorea talco en la arena, absorberá los olores y no los notarás tanto.
- Eliminar la arena de playa: siempre que vamos a la playa volvemos a casa con arena que nos dura días y días, especialmente en los pies. Para evitar encontrarte arena a todas horas antes de entrar en cada échate talco en los pies donde tengas adherida la arena y frota, caerá rápidamente y te librarás por fin de ella.